Enlace Territorial – Blog: Diálogo Multiactor para el desarrollo territorial, lecciones desde Ecuador, Colombia y Perú.

10 octubre, 2024 | Enlace Territorial Blog

Por: Alberto Viteri, Andrés Gonzáles, Daniel Hurtado [1]

“Insuco fundamenta su relacionamiento a partir del enfoque de Responsabilidad Territorial Empresarial (RTE), el cual, en palabras sencillas, reconoce al territorio como centro de la discusión y de la acción, legitimando lo que en él ocurre, más allá de los intereses particulares de las instituciones y actores que lo habitan”.

 

Para ICSI, la frase “Los territorios en el centro” no son palabras inertes, sino una brújula que guía el trabajo que hacemos, y en esa línea, el objetivo de este artículo es resaltar el valor del Diálogo Multiactor como estrategia clave. Así, examinamos sus características, retos y desafíos en tres experiencias sudamericanas impulsadas por Insuco, en alianza con instituciones en Ecuador, Perú y Colombia, desde la experiencia profesional de los directores de proyectos Alberto Viteri (Ecuador), Andrés Gonzales (Perú) y Daniel Hurtado Cano (Colombia).

El diálogo multiactor: un enfoque integral para el desarrollo territorial

Insuco fundamenta su relacionamiento a partir del enfoque de Responsabilidad Territorial Empresarial (RTE), el cual, en palabras sencillas, reconoce al territorio como centro de la discusión y de la acción, legitimando lo que en él ocurre, más allá de los intereses particulares de las instituciones y actores que lo habitan. El territorio, por definición, es más que el espacio físico; se configura a partir de los valores, costumbres, idiosincrasias, cultura e intereses que en él pueden tomar lugar.

Por tanto, el territorio es un símbolo de aquello que acontece en el espacio y que a través de su entendimiento podemos generar acciones que tengan por fin multiescalar el desarrollo hacia la mejora de la calidad de vida multidimensional.

La RTE centra la discusión en el territorio, sitúa a la institución como un actor más, que en conjunto con otros contribuye a la calidad de vida territorial. La mirada está puesta más allá de su propio interés, si bien lo reconoce, lo supera en tanto apela a la corresponsabilidad como motor de desarrollo. Además, promueve la horizontalidad en el relacionamiento como reconocimiento de múltiples actores territoriales.

La estrategia de diálogo multiactor está profundamente relacionada con la RTE. Reconoce que lo relevante es aquello que acontece más allá de los intereses particulares de quienes habitan esos espacios. La estrategia, soportada en el diálogo entre diversos, subraya la importancia de reconocer al otro, y sobre todo, de trabajar con él para gestionar acuerdos que deriven acciones comunes para beneficio de la población.

En ocasiones, el beneficio se materializa en un mayor involucramiento o en un ejercicio de priorización; en otros casos, en la co ncertación de detener ciertas acciones. En definitiva, la estrategia de Diálogo Multiactor es un proceso que convoca a diversos actores para que, a partir de la conversación permanente, la negociación y la puesta en marcha de acciones conjuntas, se legitime el territorio en el centro y se aspire a una transformación más colectiva de los diferentes medios de vida que soportan la vida en un lugar en especial.

Abordando los desafíos: Casos en Ecuador, Perú y Colombia

Es importante reconocer que, como casi todos los mecanismos al ser aplicados, el Diálogo Multiactor presenta retos, siendo quizás el principal la sostenibilidad en los territorios. ¿Cómo mantener el interés y la motivación en lo que ocurre? ¿Qué tipo de gobernanza puede integrar intereses particulares y al mismo tiempo fomentar un reconocimiento colectivo? Y claro, no es el único. Otro desafío crucial es: ¿cómo fortalecer la confianza entre los participantes y atraer a aquellos que aún no se han sumado?

La experiencia sudamericana de Insuco en estos procesos nos muestra que la revitalización constante del diálogo como forma colectiva de acción es fundamental para enfrentar estos desafíos. Así, las intervenciones en Ecuador, Perú y Colombia buscan conectar a todos los actores territoriales para promover verdadera sostenibilidad. Dichas iniciativas muestran puntos de articulación y diferencias según las realidades locales.

Ecuador: Fruta del Norte, un modelo de diálogo sostenido

El proceso de diálogo multiactor en el proyecto Fruta del Norte, liderado por Insuco, desde el 2016, en alianza con Lundin Gold, ha sido una estrategia clave para la construcción de una visión compartida de desarrollo territorial sostenible. El proceso se lleva a cabo en la parroquia de Los Encuentros es una parroquia ubicada en el Cantón Yantzaza, Provincia de Zamora Chinchipe, Ecuador. Con información censal actualizada al 2022, la parroquia cuenta con 4.132 habitantes e históricamente este territorio ha estado habitado por población shuar y mestiza proveniente de las provincias situadas al sur de la sierra ecuatoriana (Loja y Azuay).

La llegada del proyecto FDN a Los Encuentros, que está en su zona de influencia, acarreó varios cambios en sus dinámicas territoriales pues el desarrollo del proyecto implica la movilización de mano de obra, adecuación de infraestructura, demanda de bienes y servicios y apertura de ofertas laborales, presencia de nuevos actores en el territorio, entre otros aspectos que han acelerado el curso de las transformaciones que tienen lugar en territorio.

La relación de Insuco con este territorio ha permitido establecer un canal de diálogo continuo y transparente entre la empresa, sus contratistas, las comunidades locales, el gobierno y las instituciones del Estado ha permitido manejar las expectativas de manera coordinada y equilibrada. Al poner en el centro la participación de todos los actores, se logró anticipar y alinear las necesidades del territorio con los intereses de la empresa, mediante un proceso participativo que mapeó actores, identificó temas prioritarios y evaluó riesgos en cada fase del proyecto minero.

En este ejercicio, la plataforma de diálogo permitió contar con un entendimiento del territorio con la finalidad de adaptar el mecanismo de diálogo adecuado. A través de mesas temáticas, se abordaron problemas claves como la empleabilidad, la responsabilidad ambiental, y el desarrollo económico, permitiendo a los actores locales plantear alternativas a los riesgos identificados, adquirir compromisos y monitorear sus avances. Además, el éxito de esta estrategia radica en la definición clara de roles y responsabilidades de cada actor, facilitando su participación en espacios e instrumentos de planificación, monitoreo y aprobación de las respuestas a los desafíos y oportunidades.

Es importante mencionar que el proceso de diálogo, vigente hasta la fecha, no solo aborda los impactos inmediatos de la explotación minera, sino que promueve una visión de largo plazo para el desarrollo territorial sostenible. Además, uno de los grandes logros, durante el 2021, fue la transición del liderazgo del proceso hacia las autoridades locales, consolidando el diálogo como una política pública de participación ciudadana. Esto significa que el proceso de diálogo multiactor, más allá de ser una herramienta de gestión temporal, se ha transformado en un mecanismo institucionalizado que asegura la continuidad de la participación ciudadana en la toma de decisiones.

Los principales retos incluyeron la gestión de expectativas de las comunidades y la integración de diversos intereses, pero el éxito del proceso radica en su capacidad de crear un espacio legítimo y confiable para la concertación entre actores. Este modelo ha sido replicado en otras experiencias en Perú y Colombia, y se presenta como una referencia en el manejo de conflictos y el fomento de gobernanza territorial en contextos extractivos.

Perú: Cajamarca y el Centro Rimay

En 2018 el Ministerio de Energía y Minas da vida al Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero – Energéticas (Rimay) obedeciendo a la necesidad de contar con una plataforma de diálogo y discusión técnica de alto nivel que llegara a consensos a favor desarrollo sostenible de los recursos mineros-energéticos a nivel subnacional; a su vez, esta iniciativa en Cajamarca fue co-liderada por el Gobierno Regional (GORECAJ) e impulsada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Este esfuerzo tuvo la misión de fortalecer la gobernanza, transparencia y sostenibilidad del sector minero en la región. El contexto en Cajamarca en ese momento era complejo: una región rica en recursos naturales, pero históricamente afectada por conflictos sociales y problemas de desarrollo estructural.

En 2021 se inició la iniciativa “Visión de Desarrollo Regional de Cajamarca (VDRC) al 2030”, en el marco del Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero-Energéticas (Rimay) impulsado por el Ministerio de Energía y Minas de Perú con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y del Gobierno Regional de Cajamarca.

Se constituyó un grupo impulsor – como plataforma de Diálogo Multiactor – para coordinar esfuerzos entre ciudadanos, el gobierno y el sector privado, articulando una agenda común de desarrollo que surgió de un proceso ciudadano participativo.  Se priorizaron proyectos de alto impacto que permitan concretar las prioridades, trabajando articuladamente con el Gobierno Regional para valorar e integrar estas propuestas. Este proceso ha permitido repensar el diálogo en Cajamarca como un proceso para fortalecer la gobernanza territorial.

El panorama hacia el futuro en Cajamarca presenta oportunidades y retos. Asegurar la sostenibilidad del Grupo Impulsor a largo plazo y continuar con el fortalecimiento de las capacidades locales, tanto en el ámbito de la planificación territorial como en la ejecución de proyectos son otros de los retos identificados. Además, será esencial continuar articulando a los actores públicos, como es la Agencia Regional de Desarrollo de Cajamarca (ARD) y privados proveniente de sectores dinamizadores en la región, manteniendo el enfoque multiactor que ha caracterizado al GI y asegurando que los proyectos priorizados se traduzcan en acciones concretas que mejoren la calidad de vida de la población.

Si bien Cajamarca ha empezado a dar los primeros pasos en cuanto a diálogo multiactor con miras hacia una agenda de desarrollo al 2030 requiere de un esfuerzo conjunto y sostenido de todos los actores.

Colombia: Marmato y Supía, un nuevo enfoque

 

Este diálogo tiene lugar entre las montañas de Marmato y Supía, en el departamento de Caldas. Desde 2023, Collective Mining impulsa este proceso tras reconocer las condiciones territoriales y caracterizar a los actores e instituciones clave para la estrategia. A partir de ello, se establecieron cuatro mesas de trabajo centradas en temas sociales, económicos, ambientales, y de infraestructura física y digital. Hasta la fecha, más de 100 actores han participado, aportando desde sus capacidades y recursos al logro del plan estratégico, construido de manera conjunta.

Entre los principales logros alcanzados se destacan:

  • Lo Social: se han sostenido conversaciones sobre la salud mental en el territorio, dando los primeros pasos para desarrollar un proyecto que incida en la política pública municipal y mejore la salud mental de la población;
  • Lo Ambiental: se han caracterizado las principales cuencas del territorio y gestionado recursos conjuntos para avanzar en acciones de cuidado del agua, además de explorar la implementación de cosechas de agua y franjas amarillas;
  • Lo Económico: se ha realizado una caracterización de los emprendimientos locales, poniendo énfasis en sus capacidades organizacionales y la necesidad de fortalecer las áreas de ventas y distribución, beneficiando a los proyectos generados;
  • La Infraestructura: se han identificado y priorizado los tramos de vías veredales en los municipios que requieren mantenimiento y mejora.

 

Se visualiza el 2025 como un año clave para consolidar la estrategia. El camino por recorrer implicará reconstruir colectivamente las identidades mineras, legitimando la diversidad de actores, percepciones y puntos de vista en torno a los territorios mineros, creando un puente entre el pasado y el presente del desarrollo territorial.

Trabajando por el desarrollo sostenible en la región

La capacidad del Diálogo Multiactor para adaptarse a contextos diversos y complejos lo convierte en una herramienta flexible y esencial en el desarrollo territorial. Las experiencias en Ecuador, Perú y Colombia demuestran que, cuando los actores locales se apropian de este proceso, se pueden lograr avances significativos en términos de gobernanza, inclusión y sostenibilidad. Sin embargo, su efectividad depende del compromiso constante de todos los participantes, así como de la capacidad para institucionalizar las prácticas derivadas de este enfoque.

Con el tiempo, el Diálogo Multiactor puede consolidarse como una piedra angular en la construcción de territorios resilientes y con futuro, sin perder de vista que es fundamental integrarlo en las estructuras de gobernanza locales y crear mecanismos de financiamiento que respalden su continuidad. Solo así se podrá mantener la dinámica del diálogo, independientemente de los cambios políticos y garantizar un impacto duradero en los territorios.

 

 

 

 

 

 

 

 


[1] Alberto Viteri es Coordinador Senior de Proyectos y experto en Diálogo Multiactor en Insuco (alberto.viteri@insuco.com), Andrés Gonzáles es Director de proyectos, gobernanza y desarrollo territorial en Insuco Perú (andres.gonzales@insuco.com), Daniel Hurtado es Director de proyectos, gobernanza y desarrollo territorial en Insuco Colombia (daniel.hurtado@insuco.com)

Últimos artículos

Suscríbete a nuestro boletín

Si quieres estar al tanto de nuestras novedades en proyectos, convocatorias e iniciativas, puedes darnos tu correo electrónico y ¡nuestro equipo lo hará por ti!

Su solicitud ha sido tenida en cuenta, gracias.